Después de leer este post, conocerás el origen de uno los mejores destilados de caña de azúcar producidos en nuestro país que, aparte de calidad, tiene una larga tradición y rica historia que se proyecta hasta la actualidad con importantes reconocimientos en concursos nacionales. Como vimos en una entrada anterior (cultura peruana y licores emblemáticos), la producción de aguardiente de caña de azúcar es una de los más arraigadas de nuestro país.

La ceja de selva de Junín es una de las regiones de más longeva tradición en producción de aguardiente de caña de azúcar. Específicamente en el extremo oriental de la provincia de Jauja, donde se encuentra el distrito de Monobamba, que dada su feracidad es considerada la capital agroindustrial, hidroenergética y ecológica de dicha provincia.
Sobre los 1800 msnm se encuentra Monobamba, primer centro poblado fundado en de la selva central. Su origen data del inicio de la exploración franciscana en el siglo XVIII. Los misioneros lo fundaron a partir de un asentamiento de la etnia asháninka. El proceso de catequización se interrumpió por la rebelión de Juan Santos Atahualpa hacia mediados del mismo siglo.

Un hito importante en el desarrollo de la región fue la llegada de colonos europeos hacia mediados del siglo XIX. Se fundaron haciendas especializadas en producción de café y aguardiente de caña de azúcar, productos posibles de comercializarse pese a las dificultades de comunicación de la época. Muchas de estas haciendas perduran hasta la actualidad.
Una de las familias alemanas que arribaron a esta región y se asentaron en el pueblo de Rondayacu, fue la familia Kriete, originaria de la capital de Alemania, Berlín. Iniciaron la producción de aguardiente de caña de azúcar hacia 1870. La primera casa hacienda donde se construyó el trapiche se ubicó a orillas del río Rondayacu, hidrónimo que le da nombre al poblado próximo. Lamentablemente, en 1909 un aluvión destruyó dichas instalaciones.

Empero, la familia Kriete no cejó en su esfuerzo de seguir produciendo esta bebida espirituosa y edificó una nueva casa hacienda hacia 1929. Desde entonces, la hacienda Rondayacu ha producido ininterrumpidamente aguardiente de caña de azúcar. Esta bebida espirituosa tiene la característica de la doble destilación. La marca indica «ron agrícola», una de las denominaciones que tiene el aguardiente de caña en en Perú. Actualmente la marca Rondayacu está siendo manejada por los hermanos: CPC Ruby Kriete Paúcar, Ing.ª Nitha Kriete Paúcar e Ing.º Roly Kriete Paúcar.

Rondayacu ha obtenido el primer puesto entre los destilados de su categoría participantes en el ranking de cata calificada del concurso Primera colección PREMIUM de destilados andinos (junio, 2016). Este logro fue ratificado meses después con el premio GRAN ORO en el concurso Destilados PREMIUM peruanos (octubre, 2016). Ambos certámenes fueron organizado por Sierra Exportadora. En el marco de este último concurso, los jurados Jorge Llanos Goyena, Juan Carlos Palma y Livio Pastorino Wagner otorgaron las siguientes notas de cata a la marca Rondayacu:
Vista: límpido, incoloro, brillante.
Nariz: Aromas a caña, jugo de caña, notas a compota, herbáceo, hierba fresca, hojas.
Boca: Ingreso cálido y dulzón, ligero picor, generoso en alcohol, sedoso, untuoso, jugo de caña, persistencia de media a larga, final dulce y equilibrado

Como se puede apreciar, es una bebida espirituosa catalogable como premium. ¿Qué esperas para conocer más este excelente aguardiente de caña de azúcar?

Si te interesa saber cómo se produce el aguardiente de caña de azúcar, su historia en nuestro país, dónde se produce actualmente o los mitos y verdades acerca de este tradicional destilado, puedes revisar nuestras entradas en Diamante Líquido.
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